Desde sus orígenes en la Antigua Grecia, la tarta de queso no ha dejado de evolucionar. Hoy en día es uno de los postres más extendidos en todo el mundo.
Utiliza siempre un queso cremoso; es más fácil de trabajar, no hará grumos y la textura final será más cremosa
Bate la mezcla lentamente, con una lengua o espátula, así evitarás que entre aire y que se agriete la tarta durante la cocción.
Puedes hacer la base con galletas trituradas o con magdalenas desmigadas, ya sean unas u otras, ponlas en una bolsa con auto cierre y dale golpecitos hasta que consigas la textura deseada.
Cuando la mezcles con las galletas para hacer la base, asegúrate de que tiene una textura cremosa, como una pomada. Pon la masa en el molde durante 8-10 minutos en el horno, y déjala enfriar antes de cubrirla con la masa de la tarta.
Utiliza un molde desmontable para que puedas desmoldar fácilmente o forra el tuyo con papel de horno.
Si la cocción en el horno requiere “baño maría”, forra el molde por fuera con papel de aluminio para que no entre agua.
Si quieres una textura más dura, una vez terminada la cocción, déjala enfriar en el horno. Si quieres una textura más cremosa, deja que se enfríe fuera.
Puedes hacer tu tarta en un horno convencional o en un microondas.
Idealmente comeos la tarta el mismo día que la hagas. Si la tienes que guardar, no más de una noche y siempre en la nevera
Cubre la tarta con fruta fresca o congelada, con mermelada, con dulce de leche, con topping de leche condensada, con chocolate en trocitos pequeños, con frutos secos triturados, con azúcar glass, o ¡con cualquier cosa que te apetezca!
¡Los arándanos, con sabor dulzón con un matiz ácido, hacen que esta tarta de queso sea realmente irresistible! Aprende a preparar paso a paso una deliciosa tarta de queso con arándanos y leche condensada La Lechera®. Un postre fácil y súper esponjoso perfecto para conquistar a tus amigos y familiares.