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Tarta de queso y yogur

Prepárala paso a paso

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Fácil 10
personas
5 min.
de preparación
40 min.
de cocción
Vegetariano

Qué me aporta esta receta...

Tarta de queso y yogur
Receta de LA LECHERA
Postres en 5 minutos
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La tarta de queso y yogur es uno de esos postres que conquistan a primera vista y enamoran con el primer bocado. Su textura cremosa y sedosa, su sabor equilibrado entre el dulce de la leche condensada y el toque ácido del yogur, y su preparación sorprendentemente sencilla la convierten en la receta perfecta tanto para principiantes como para reposteros experimentados.

Lo mejor de esta receta es que solo necesitas 5 minutos de tu tiempo para mezclar los ingredientes. Sin complicaciones, sin técnicas difíciles, sin equipamiento especializado: solo bate, vierte en el molde y hornea. Mientras el horno hace su magia durante 40 minutos, tú puedes dedicarte a otras tareas. Después, unas horas de reposo en la nevera y tendrás un postre espectacular que parece sacado de una pastelería profesional.

Esta versión con leche condensada LA LECHERA aporta un dulzor cremoso incomparable y mantiene la tarta húmeda y tierna durante días. El yogur natural NESTLÉ añade esa nota ligeramente ácida que equilibra perfectamente la dulzura y aporta una textura aún más suave. El resultado es una sinfonía de sabores que hará bailar de placer a tus papilas gustativas, como dicen los expertos gastronómicos.

Si quieres sorprender a tu familia con un postre espectacular, celebrar una ocasión especial o simplemente darte un capricho exquisito, esta tarta de queso y yogur es tu mejor aliado. ¡Prepárate para recibir elogios!

¿Cómo hacer tarta de queso y yogur?

¿Por qué esta receta funciona tan bien?

Esta tarta combina magistralmente tres elementos clave: el queso crema aporta cuerpo y textura sedosa, la leche condensada LA LECHERA proporciona dulzor cremoso sin necesidad de batir azúcar, y el yogur natural NESTLÉ añade ese toque ligeramente ácido que equilibra los sabores y hace que el postre no resulte empalagoso. La pequeña cantidad de harina (solo 30 g) ayuda a que la tarta cuaje perfectamente sin añadir pesadez.

Selección de ingredientes

El queso crema debe estar a temperatura ambiente para que se mezcle fácilmente sin grumos. El yogur natural es preferible al de sabores porque permite controlar el dulzor, aunque yogur griego aportará una textura aún más cremosa. Si quieres una versión con base, las galletas digestive o María son las más tradicionales, pero también funcionan galletas de mantequilla o especiadas.

Preparación previa

Saca el queso crema de la nevera 30 minutos antes para que alcance temperatura ambiente y sea más fácil de batir. Precalienta el horno a 180°C con suficiente antelación. Si vas a hacer base de galletas, prepárala primero y déjala enfriar en la nevera mientras preparas el relleno. Forra el molde con papel de hornear para facilitar el desmoldado, o engrásalo muy bien con mantequilla.

Técnicas principales

La clave está en conseguir una mezcla homogénea y sin grumos. Bate primero el queso con la leche condensada hasta que esté cremoso, luego añade los huevos de uno en uno. El tamizado de la harina es opcional pero recomendable para evitar grumos. No batas en exceso una vez añadida la harina, solo hasta integrar. Para evitar grietas en la superficie, puedes hornear a temperatura ligeramente más baja (160°C) durante más tiempo, o colocar un recipiente con agua en el fondo del horno para crear humedad.



El truco del chef

Eleva tu tarta de queso y yogur con estos trucos profesionales:

Baño María para textura sedosa: Envuelve la base del molde con papel de aluminio, colócalo dentro de una bandeja más grande con agua caliente hasta la mitad, y hornea. Esto crea una cocción suave y previene grietas. Perfecto para texturas tipo cheesecake neoyorquino.

Enfriamiento gradual anti-grietas: Apaga el horno cuando la tarta esté lista pero deja la puerta entreabierta durante 1 hora. El cambio gradual de temperatura evita que se agriete la superficie.

Cobertura de mermelada brillante: Calienta 100 g de mermelada de frutos rojos con 1 cucharada de agua en el microondas 30 segundos, cuélala y pincela sobre la tarta fría para un acabado profesional y brillante.

Marmolado de frutos rojos: Vierte la masa en el molde, añade cucharadas de mermelada de frambuesa por la superficie y crea remolinos con un palillo para un efecto marmolado espectacular.

Tarta perfectamente lisa: Para una superficie impecable sin grietas, hornea a 160°C durante 50-55 minutos en lugar de 180°C durante 40 minutos. La cocción más lenta y suave previene imperfecciones.

Test de cocción perfecto: La tarta está lista cuando los bordes están firmes pero el centro (unos 5 cm de diámetro) aún tiembla ligeramente. Se acabará de cuajar al enfriar.

Desmoldado perfecto: Pasa un cuchillo de hoja fina sumergido en agua caliente por los bordes antes de desmoldar. La humedad y el calor facilitan la separación.

Variaciones

Tarta de queso y yogur de limón: Añade la ralladura de 2 limones a la mezcla y 2 cucharadas de zumo de limón para un toque cítrico refrescante. Perfecto para verano.

Tarta de queso y yogur con vainilla: Incorpora 1 cucharadita de extracto de vainilla o las semillas de 1 vaina de vainilla para un aroma delicado y sofisticado.

Tarta de queso y yogur con frutas: Añade 150 g de arándanos, frambuesas o fresas cortadas a la masa antes de hornear para textura y sabor frutales.

Tarta de queso y yogur marmolada de chocolate: Reserva 1/3 de la masa, mézclala con 2 cucharadas de cacao puro en polvo, y crea remolinos al verter ambas masas en el molde.

Tarta de queso y yogur individual: Prepara la misma receta pero repártela en moldes individuales o flaneras. Reduce el tiempo de horneado a 20-25 minutos.

Tarta de queso y yogur con especias: Añade 1 cucharadita de canela en polvo y una pizca de nuez moscada para un toque especiado tipo tarta de calabaza.



Preguntas frecuentes

¿Cómo hacer una tarta de queso y yogur paso a paso?

Para hacer tarta de queso y yogur sigue estos 7 pasos: 1. Precalienta el horno a 180°C y forra un molde de 18-20 cm. 2. Opcionalmente prepara una base de galletas trituradas con mantequilla. 3. Bate 3 huevos en un bol. 4. Añade leche condensada LA LECHERA, queso crema, yogur y bate hasta que esté homogéneo. 5. Incorpora 30 g de harina tamizada batiendo suavemente. 6. Vierte en el molde y hornea 40 minutos. 7. Deja enfriar y refrigera 2-4 horas antes de servir.

¿Por qué se agrieta la tarta de queso?

Las grietas aparecen principalmente por cambios bruscos de temperatura. Para evitarlas: hornea a temperatura más baja (160°C en lugar de 180°C), no abras el horno durante la cocción, coloca un recipiente con agua en el fondo del horno para crear humedad, deja enfriar la tarta gradualmente dentro del horno apagado con la puerta entreabierta, y no la refrigeres inmediatamente después de sacarla del horno. Las grietas no afectan al sabor, pero si aparecen puedes cubrirlas con mermelada, nata montada o frutos rojos.

¿Cuánto tiempo dura la tarta de queso y yogur?

La tarta de queso y yogur se conserva en perfecto estado durante 3-4 días en el frigorífico si la guardas bien tapada con film transparente o en un recipiente hermético. Es importante mantenerla siempre refrigerada porque contiene productos lácteos y huevos. Curiosamente, mejora con el tiempo: al segundo o tercer día los sabores están más integrados y la textura es aún mejor. No es recomendable congelarla porque la textura puede cambiar al descongelar, quedando más aguada.

¿Qué tipo de queso usar para la tarta?

El queso crema es el más tradicional y el que mejor resultado da por su textura cremosa y sabor suave. Alternativamente puedes usar: Mascarpone para una versión más italiana y rica, queso fresco batido para reducir calorías (aunque la textura será menos cremosa), queso crema light si buscas una opción más ligera, o Quark para una versión centroeuropea. Lo importante es que sea un queso de textura cremosa y untuosa, nunca quesos duros o semicurados.

¿Puedo usar yogur griego en lugar de yogur natural?

¡Por supuesto! El yogur griego aportará una textura más densa y cremosa, similar al auténtico cheesecake neoyorquino. Al ser más espeso, la tarta quedará con más cuerpo. Si usas yogur griego, considera reducir la cantidad de harina a 20 g en lugar de 30 g para compensar la densidad extra. El sabor será ligeramente más ácido y la textura más parecida a las tartas de queso americanas que tanto gustan.

¿Por qué mi tarta de queso ha quedado líquida?

Si tu tarta no cuajó correctamente puede deberse a: temperatura de horno demasiado baja (verifica con un termómetro de horno), tiempo de cocción insuficiente (el centro debe estar ligeramente tembloroso pero no líquido), no refrigerar el tiempo suficiente (necesita mínimo 2-4 horas), o exceso de líquido en los ingredientes. Para la próxima vez, asegúrate de hornear hasta que los bordes estén completamente firmes y solo el centro (5 cm de diámetro) tiemble ligeramente. La tarta se acabará de cuajar al enfriar.

¿Necesita base de galletas obligatoriamente?

No, la base de galletas es completamente opcional. La receta tradicional española de tarta de queso al horno no lleva base, solo el relleno horneado directamente en el molde (como la famosa tarta de La Viña). La base de galletas es más típica del cheesecake americano. Sin base tendrás una tarta más ligera y con menos calorías. Con base obtienes un contraste de texturas interesante: crujiente abajo y cremoso arriba. Es cuestión de preferencia personal.

¿Cómo saber cuándo está lista la tarta de queso?

La tarta está perfectamente cocida cuando: los bordes están firmes y ligeramente dorados, el centro (aproximadamente 5 cm de diámetro) aún tiembla suavemente al mover el molde (esto es correcto, se acabará de cuajar al enfriar), al insertar un palillo en el borde sale limpio pero en el centro puede salir algo húmedo, y la superficie tiene un color dorado uniforme. NUNCA esperes a que el centro esté completamente firme en el horno o te quedará sobrecocida y seca. El punto perfecto es cuando el centro tiembla como una gelatina suave.



Consejos y consideraciones

Ten en cuenta

  • El queso crema debe estar a temperatura ambiente para mezclarse sin grumos (sácalo 30 minutos antes).
  • Tamizar la harina es importante para evitar grumos y conseguir una textura sedosa.
  • La tarta mejora con el tiempo: está más buena al día siguiente cuando los sabores se han integrado.
  • Refrigerar al menos 2-4 horas es imprescindible para que la tarta se compacte correctamente.
  • Es normal que el centro tiemble al sacarla del horno, se acabará de cuajar al enfriar.
  • No cortes la tarta hasta que esté completamente fría o se desmigajará.
  • Para porciones perfectas, limpia el cuchillo con agua caliente entre cada corte.

Atención

  • Guarda siempre la tarta en el frigorífico, contiene productos lácteos perecederos.
  • No congeles la tarta, la textura cambiará al descongelar quedando aguada.
  • Si la superficie se dora demasiado rápido, cúbrela con papel de aluminio.
  • No batas en exceso después de añadir la harina o quedará densa.
  • Evita abrir el horno durante los primeros 30 minutos para que no se hunda.
  • Si usas molde de aluminio desechable, colócalo sobre una bandeja para hornear por seguridad.
  • Las grietas en la superficie son normales y no afectan al sabor, puedes cubrirlas con decoración.


Historia de la tarta de queso

Aunque el cheesecake neoyorquino se ha convertido en la tarta de queso más famosa del mundo, el origen de este postre se remonta a la antigua Grecia, hace más de 2.000 años. Los griegos preparaban una torta llamada "plakous" cocinando la corteza por separado y añadiendo un relleno suave de queso fresco, miel y harina de trigo.

La primera receta documentada de pastel de queso aparece en el libro "De Agri Cultura" (Sobre la Agricultura), escrito por Marco Porcio Catón el Viejo en el siglo II a.C. Esta receta romana incluía queso fresco machacado, huevos, miel y se cocía bajo una teja de barro. Era un alimento energético que incluso se servía a los atletas durante los primeros Juegos Olímpicos.

Durante la Edad Media, los postres al horno con queso eran muy populares en toda Europa. El libro de cocina inglés "The Forme of Cury" (1390) incluía varias recetas de tartas de queso con especias. Sin embargo, la tarta de queso tal como la conocemos hoy nace en el siglo XVIII, cuando los huevos comenzaron a ser más asequibles para la población general y sustituyeron a la levadura como agente leudante.

El punto de inflexión llegó en 1872 en Estados Unidos, cuando William Lawrence intentó replicar el queso francés Neufchâtel y accidentalmente creó el cream cheese (queso crema). Su textura suave y cremosa lo convirtió en el ingrediente perfecto para las tartas de queso. En 1912, James Kraft inventó el queso crema pasteurizado, popularizando aún más este ingrediente.

El famoso cheesecake neoyorquino nació en los años 1920s y se hizo famoso gracias al restaurante Lindy's en Broadway. Su versión densa, cremosa y rica se convirtió en icono de la repostería americana. Desde entonces, cada país ha desarrollado su propia versión de tarta de queso, desde el ligero cheesecake japonés hasta la contundente käsekuchen alemana.

En España, este postre también ocupa un lugar destacado, especialmente en las regiones del norte. El más famoso es el pastel de queso de La Viña de San Sebastián, que conquistó incluso a los críticos gastronómicos de The New York Times, figurando entre los mejores sabores del año 2021. Su característica superficie quemada y su interior cremoso lo han convertido en un fenómeno internacional.



Tipos de tarta de queso en el mundo

Cheesecake neoyorquino (Estados Unidos)

El más denso y cremoso de todos. Lleva gran cantidad de queso crema, nata agria, huevos y azúcar. Se hornea a menudo en baño maría y tiene una textura increíblemente rica. Suele servirse con cobertura de frutas o caramelo.

Tarta de queso de La Viña (España)

Originaria de San Sebastián, se caracteriza por su superficie ligeramente quemada y su interior cremoso casi líquido. No lleva base de galletas y se hornea a alta temperatura. Es la versión española más famosa internacionalmente.

Cheesecake japonés (Japón)

Extremadamente ligero y esponjoso, casi como un suflé. Se prepara batiendo las claras a punto de nieve por separado y se hornea en baño maría. Tiene una textura algodonosa única y es mucho menos dulce que las versiones occidentales.

Käsekuchen (Alemania)

Utiliza quark (un tipo de queso fresco alemán) en lugar de queso crema. Suele llevar pasas y tiene una textura más granulada. Se hornea con una base de masa quebrada en lugar de galletas.

Cheesecake de Filadelfia (Estados Unidos)

Versión sin horno, también conocida como "no-bake cheesecake". Se prepara con queso crema, nata montada y gelatina. Se refrigera hasta que cuaja. Perfecta para verano.

Sernik (Polonia)

Usa twaróg (requesón polaco) y suele incluir ralladura de limón. Tiene una textura más seca y granulosa que la versión americana. A menudo se sirve con chocolate caliente.



Cómo solucionar los problemas más comunes

Problema: La tarta se ha agrietado

Solución: Las grietas son normales pero si quieres minimizarlas: hornea a 160°C en lugar de 180°C durante 50 minutos, coloca un recipiente con agua en el fondo del horno, deja enfriar gradualmente dentro del horno apagado con puerta entreabierta, evita cambios bruscos de temperatura. Las grietas no afectan al sabor, simplemente cúbrelas con mermelada, nata o frutos rojos.

Problema: La tarta está líquida o no ha cuajado

Solución: Probablemente le faltó tiempo de horneado o la temperatura del horno era baja. La próxima vez, hornea hasta que los bordes estén firmes y solo el centro (5 cm) tiemble. Refrigera siempre 4 horas mínimo. Si ya está hecha y líquida, vuelve a meterla al horno 15-20 minutos más a 160°C. Asegúrate de que tu horno alcanza realmente la temperatura marcada usando un termómetro.

Problema: La tarta está seca o arenosa

Solución: Se horneó demasiado tiempo o a temperatura muy alta. La próxima vez, sácala cuando el centro aún tiemble ligeramente. Asegúrate de que el queso crema estaba a temperatura ambiente antes de mezclarlo (si estaba frío puede crear textura granulada). Bate muy bien el queso con la leche condensada antes de añadir los huevos para asegurar una mezcla totalmente lisa.

Problema: La base de galletas está blanda

Solución: Puede deberse a no compactarla suficientemente, usar poca mantequilla, o humedad del relleno. Para solucionarlo: prensa muy bien las galletas con fuerza usando el dorso de una cuchara, aumenta la mantequilla a 110-120 g si es necesario, hornea la base sola 10 minutos antes de añadir el relleno, y asegúrate de refrigerar la base 15 minutos antes de añadir la crema.

Problema: Se ha hundido en el centro

Solución: Esto ocurre si abriste el horno durante los primeros 30 minutos de cocción o si el horno estaba demasiado caliente. El centro se hincha con el calor y luego se hunde al enfriarse rápido. Evita abrir el horno, hornea a temperatura estable, y deja enfriar gradualmente. Si se hundió, rellena el centro con frutas frescas o mermelada para un bonito efecto decorativo.



Recomendaciones para servir

  • Clásica con frutos rojos: La combinación más tradicional. Decora con fresas frescas cortadas, frambuesas y arándanos. El contraste entre el dulce cremoso y el ácido de las frutas es perfecto.
  • Con coulis de frutas: Prepara una salsa de frambuesas licuadas con azúcar y un toque de limón. Vierte en el plato antes de colocar la porción de tarta para un plato digno de restaurante.
  • Estilo New York: Sirve con una generosa cucharada de nata agria (sour cream) por encima y un toque de ralladura de limón. Es la forma más auténtica de servir el cheesecake americano.
  • Versión gourmet: Acompaña con una bola de helado de vainilla, salsa de caramelo casera y almendras tostadas laminadas para un postre de lujo.
  • Con compota caliente: Una compota tibia de manzana con canela o de pera con vainilla contrasta maravillosamente con la tarta fría.
  • Para el café: Una porción pequeña acompañada de un espresso o café con leche es la combinación perfecta para la sobremesa.
  • Individual y elegante: Sirve en platos de postre con un hilo de miel, unas hojas de menta fresca y flores comestibles para ocasiones especiales.


  • Más recetas relacionadas

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    La tarta de queso con leche condensada y solo 3 ingredientes es aún más sencilla que esta versión, perfecta cuando tienes muy poco tiempo pero quieres impresionar con un postre espectacular.

    Para los amantes de los cítricos, la tarta de limón con leche condensada ofrece ese equilibrio perfecto entre dulce y ácido, con una textura cremosa irresistible y un sabor refrescante ideal para verano.

    El flan casero con leche condensada es otro clásico imprescindible de la repostería española. Con su textura sedosa y su caramelo líquido, es un postre que nunca pasa de moda.

    Si buscas algo más original, la tarta de café con leche condensada combina el sabor del café con la cremosidad característica de estos postres. Perfecta para los amantes del café que quieren un postre con carácter.

    Para ocasiones especiales, nuestra tarta de queso con frutos rojos presenta una capa superior de frutas frescas que no solo es visualmente espectacular sino que aporta ese contraste de sabores que hace de cada bocado una experiencia única.

    Y si te apasionan las tartas de queso, no te pierdas nuestra colección completa de recetas de tartas de queso de todo el mundo en el blog de Nestlé Cocina. Desde la clásica neoyorquina hasta versiones más innovadoras con chocolate, matcha o frutas tropicales.

    Para los que prefieren postres sin horno, tenemos una amplia selección de postres caseros rápidos que puedes preparar en solo 5 minutos. Mousses, flanes, natillas y muchas más opciones que te sorprenderán por su sencillez y resultado profesional.

Sabías que...

La tarta de queso de La Viña en San Sebastián se ha convertido en un fenómeno viral mundial. Cuando The New York Times la incluyó en su lista de mejores sabores de 2021, la pequeña taberna vasca comenzó a recibir visitantes de todo el mundo. Ahora hay listas de espera de hasta 2 horas para probar su famosa tarta, y se han abierto imitaciones en Tokio, Nueva York, París y Londres.

El secreto de su éxito no es solo la receta (sorprendentemente simple con solo 5 ingredientes: queso crema, huevos, azúcar, nata y harina), sino la técnica de horneado a muy alta temperatura (220-240°C) durante poco tiempo. Esto crea esa característica superficie quemada y el interior cremoso casi líquido que la ha hecho famosa.

Otro dato curioso: en Japón existe una obsesión por las tartas de queso ligeras y esponjosas. El "Japanese Cheesecake" o tarta de queso japonesa tiene una textura de algodón de azúcar, y algunas pastelerías de Tokio venden más de 10.000 unidades diarias. Su secreto está en batir las claras a punto de nieve y hornear en baño maría, creando una textura similar a un suflé.

Y una curiosidad más: en Estados Unidos, el National Cheesecake Day (Día Nacional de la Tarta de Queso) se celebra el 30 de julio cada año, y ese día las pastelerías y restaurantes venden aproximadamente 3 millones de porciones de cheesecake en todo el país.