Mousse de chocolate intenso
Experimenta la esponjosidad de este postre que sorprenderá a todos.
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votospersonas 15 min.
de preparación
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Información nutricional
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| Grasas | 226 Kcal | 25 gr. | 58% |
|---|---|---|---|
| Hidratos | 121 Kcal | 30 gr. | 31% |
| Proteínas | 29 Kcal | 7 gr. | 11% |
Información nutricional adicional por ración:
| Azúcares | 28,29 gr. |
|---|---|
| Fibra | 3,09 gr. |
| Grasas saturadas | 14,74 gr. |
| Sal | 0,17 gr. |
La mousse de chocolate es la joya de la repostería francesa, un postre que combina elegancia con sencillez de forma magistral. Su nombre, que significa "espuma" en francés, describe perfectamente su textura característica: ligera, aireada y etérea como una nube, pero al mismo tiempo intensamente chocolateada. Esta combinación aparentemente contradictoria entre ligereza y potencia de sabor es lo que ha convertido a la mousse en uno de los postres más apreciados y versátiles de la gastronomía mundial.
¿Piensas que conseguir esa textura esponjosa perfecta requiere años de entrenamiento en pastelería? Esta receta de mousse de chocolate intenso con Chocolate Negro 70% NESTLÉ Postres te demostrará que dominando algunas técnicas básicas pero cruciales, puedes crear en tu cocina una mousse digna de las mejores pastelerías parisinas. En apenas 15 minutos de preparación activa y unas horas de refrigeración tendrás listo un postre que impresionará a tus invitados por su elegancia y su sabor profundo e intenso.
¿Cómo hacer mousse de chocolate intenso?
Selección de ingredientes
La calidad de los ingredientes determina el éxito de una mousse de chocolate. El chocolate es el protagonista absoluto: el Chocolate Negro 70% NESTLÉ Postres aporta la intensidad necesaria y un equilibrio perfecto entre amargor y dulzor. Chocolates con menos del 50% de cacao resultan demasiado dulces y empalagosos; con más del 75% pueden resultar excesivamente amargos. La nata debe tener mínimo 35% de materia grasa para montarse correctamente y aportar cremosidad. Los huevos deben ser frescos: las claras se montarán mejor y las yemas aportarán esa textura sedosa. La temperatura de los ingredientes también importa: claras frías se montan mejor, mientras que las yemas deben estar a temperatura ambiente para integrarse suavemente con el chocolate.
Preparación previa
La organización es fundamental en la preparación de la mousse. Saca los huevos del frigorífico 30 minutos antes de empezar para que alcancen temperatura ambiente. Prepara tres boles diferentes: uno grande para fundir el chocolate, uno mediano limpio y seco para montar las claras (absolutamente libre de grasa), y uno para batir las yemas. Ten listos todos los utensilios: varillas eléctricas o manuales, espátula de silicona para movimientos envolventes, y los recipientes donde servirás la mousse (copas, vasitos o boles individuales). Es recomendable separar las claras de las yemas con cuidado: una sola gota de yema en las claras impedirá que monten correctamente.
Técnicas principales
La mousse perfecta se basa en tres técnicas fundamentales que deben dominarse. Primera: fundir el chocolate sin sobrecalentarlo, manteniendo su brillo y textura sedosa. El chocolate quemado amarga y arruina completamente el postre. Segunda: montar las claras al punto exacto, ni demasiado blandas ni excesivamente firmes. El punto perfecto es "pico suave": cuando las puntas se doblan ligeramente sobre sí mismas. Claras sobremontadas colapsan y sueltan líquido. Tercera y crucial: incorporar las claras montadas con movimientos envolventes suaves que mantengan el aire incorporado. Esta es la técnica que diferencia una mousse profesional de una amateur: paciencia y delicadeza son esenciales para preservar esa textura esponjosa característica.
Ingredientes
- 170 g (1 tableta) de Chocolate Negro 70% NESTLÉ Postres
- 200 g de nata montada
- 100 g de azúcar
- 3 huevos
Elaboración
Fundir el chocolate troceado al baño maría o microondas, según las instrucciones en el embalaje y dejarlo enfriar.
Batir las yemas con el azúcar hasta que estén muy cremosas y un poco blanquecinas.
Añadir el chocolate fundido y la nata, mezclar bien. Es clave para preparar mousse de chocolate.
Por último, incorporar las claras montadas a punto de nieve, con movimientos suaves y envolventes.
Repartir la mousse de chocolate en boles y dejar en el refrigerador 2 o 3 horas.
El truco del chef
EL TRUCO DEL CHEF Servir la mousse con unos barquillos o un poco de fruta fresca cortada.
El truco del chef
Para conseguir la mousse de chocolate perfecta con textura profesional, domina estos secretos:
La temperatura del chocolate es crítica: Si el chocolate está demasiado caliente al incorporarlo a las yemas, las cocinará y tendrás huevo revuelto en lugar de mousse. Debe estar tibio, no caliente. La prueba del dorso de la mano: si tocas el bol y se siente cómodo (ni frío ni caliente), está perfecto. Esto equivale a unos 40-45°C.
El punto de las claras NO es "muy firme": Contrariamente a la creencia popular, las claras para mousse deben montarse a punto de nieve SUAVE, donde los picos se doblan sobre sí mismos. Claras montadas a punto muy firme están sobrebatidas, colapsan, sueltan líquido y arruinan la textura. El azúcar añadido gradualmente estabiliza y protege contra el sobremontado.
Movimientos envolventes, nunca batir: La incorporación de claras y nata requiere paciencia infinita. Los movimientos deben ser amplios, desde el fondo hacia arriba, girando el bol con la otra mano. NUNCA uses movimientos circulares rápidos ni batas. Cada movimiento brusco destruye burbujas de aire que tardarás 10 veces más en recuperar.
Primero aligerar, luego incorporar: Añadir un tercio de las claras primero y mezclar más vigorosamente "sacrifica" ese tercio pero aligera la mezcla de chocolate, facilitando enormemente la incorporación delicada del resto. Este truco profesional marca la diferencia entre una mousse compacta y una perfectamente aireada.
El reposo mejora la textura: Aunque puedes servir la mousse después de 2-3 horas, al día siguiente alcanza su máxima expresión. Las texturas se integran completamente y la esponjosidad se acentúa. Planifica preparar tu mousse el día anterior a servirla.
Potencia el sabor del chocolate: Una pizca de sal al montar las claras no solo las estabiliza, sino que realza increíblemente el sabor del chocolate. También puedes añadir 1-2 cucharadas de café soluble disuelto al chocolate fundido, o un chorrito de licor para complejidad aromática.
Variaciones
Mousse de chocolate con leche: Sustituye el chocolate negro 70% por chocolate con leche, reduciendo el azúcar a 70 g total para compensar el dulzor adicional del chocolate. Resulta más suave y menos intenso, ideal para paladares que prefieren sabores delicados.
Mousse de chocolate blanco: Usa 200 g de chocolate blanco en lugar de negro y elimina completamente el azúcar de las yemas (solo añade 30 g a las claras). El chocolate blanco es muy dulce y no necesita azúcar adicional. Añade ralladura de limón o vainilla para equilibrar.
Mousse de chocolate y café: Disuelve 2 cucharaditas de café soluble en 1 cucharada de agua caliente y añádelo al chocolate fundido. El café intensifica el sabor del chocolate y añade complejidad aromática sin aportar sabor claramente a café.
Mousse de chocolate y naranja: Añade la ralladura de 1 naranja al chocolate mientras se funde, y 2 cucharadas de Grand Marnier o Cointreau a la mezcla de chocolate y yemas. El cítrico equilibra perfectamente el amargor del chocolate negro.
Mousse de chocolate con especias: Añade al chocolate fundido 1/2 cucharadita de canela molida, una pizca de pimienta cayena y otra de jengibre molido. Inspirada en el chocolate a la taza mexicano, esta versión es sorprendentemente sofisticada.
Mousse de chocolate sin nata (versión tradicional): Omite la nata montada por completo, aumenta la cantidad de chocolate a 200 g y usa 4 huevos en lugar de 3. Esta es la versión más clásica de los años 60, con sabor más intenso y textura algo más densa.
Mousse de chocolate vegana: Sustituye los huevos por aquafaba (líquido de garbanzos de bote), montándolo exactamente igual que claras. Usa nata vegetal para montar y chocolate negro sin lácteos. Sorprendentemente similar en textura a la versión tradicional.
Preguntas frecuentes
¿Por qué mi mousse de chocolate ha quedado líquida y no cuaja?
Una mousse líquida tiene varias causas posibles. Primera y más común: las claras no se montaron al punto adecuado o se sobremontaron y colapsaron soltando líquido. Las claras deben alcanzar punto de nieve suave, con picos que se doblan ligeramente. Segunda causa: movimientos bruscos al incorporar las claras destruyeron el aire. Tercera: el chocolate estaba demasiado caliente y "cocinó" parcialmente las yemas o derritió las claras. Cuarta: presencia de grasa en el bol de las claras impidió que montaran correctamente. Finalmente, recuerda que la mousse necesita mínimo 2-3 horas de refrigeración para alcanzar su textura definitiva. Si tras 4 horas sigue líquida, probablemente el problema fue técnico en el montado de claras.
¿Puedo hacer mousse de chocolate sin huevo crudo?
Sí, existen varias alternativas. Primera opción: utiliza huevos pasteurizados disponibles en supermercados, que han sido tratados térmicamente para eliminar salmonella manteniendo sus propiedades para montar. Segunda opción: templa las yemas calentándolas con el chocolate y azúcar a 70-75°C removiendo constantemente hasta espesar (similar a hacer crema inglesa), enfría completamente antes de incorporar nata y claras. Tercera opción más sencilla: sustituye completamente los huevos por 400 ml de nata montada muy firme mezclada con el chocolate fundido. Esta versión es más una ganache montada que mousse tradicional, pero igualmente deliciosa y totalmente segura. El resultado será más denso y cremoso, menos aéreo que la mousse clásica.
¿Cuánto tiempo se puede conservar la mousse de chocolate en la nevera?
La mousse de chocolate tradicional con huevo crudo debe consumirse idealmente en 24-48 horas por seguridad alimentaria, especialmente en verano o si los comensales son niños, embarazadas o inmunodeprimidos. Sin embargo, mantenida bien tapada en el frigorífico a 4°C o menos, puede conservarse hasta 3-4 días. La textura mejora el segundo día cuando alcanza su máxima esponjosidad. Después del tercer día, aunque siga siendo segura si se ha conservado correctamente, la textura puede empezar a degradarse ligeramente. NUNCA dejes la mousse a temperatura ambiente más de 30 minutos. Para servir, saca del frigorífico solo lo necesario y mantén el resto refrigerado.
¿Se puede congelar la mousse de chocolate?
Técnicamente sí, aunque hay consideraciones importantes. La mousse puede congelarse hasta 2 meses en recipientes herméticos. Sin embargo, la textura cambia al descongelarse: pierde parte de su esponjosidad característica y puede volverse algo más densa y cremosa, casi como una ganache. Para mejores resultados, congela en porciones individuales ya servidas en copas, cúbrelas bien con film transparente y papel de aluminio. Descongela lentamente en el frigorífico durante 4-6 horas, nunca a temperatura ambiente. El sabor se mantiene perfectamente, pero puristas notarán la diferencia textural. Si planeas congelar, considera hacer una ganache montada en lugar de mousse tradicional, ya que resiste mejor la congelación.
¿Por qué las claras no montan a punto de nieve?
El montado de claras falla por razones específicas y evitables. Primera causa: presencia de grasa. Una sola gota de yema, restos de mantequilla en el bol o varillas sucias impiden completamente el montado. Lava el bol con agua caliente y detergente, seca completamente y limpia también con papel de cocina. Segunda causa: las claras están muy calientes. Claras frías (directamente del frigorífico) montan mucho mejor que a temperatura ambiente. Tercera causa: bol de plástico. El plástico retiene grasa microscópica; usa boles de vidrio o metal. Cuarta causa: añadiste el azúcar demasiado pronto. Espera a que las claras estén ya blancas y espumosas antes de incorporar el azúcar gradualmente. Finalmente, la humedad ambiente muy alta también dificulta el montado.
¿Puedo usar chocolate con leche o solo funciona con negro?
Puedes usar cualquier tipo de chocolate, pero cada uno requiere ajustes en la receta. Chocolate negro (70%): receta tal cual, máxima intensidad de cacao. Chocolate negro (50-60%): reduce el azúcar a 80 g total. Chocolate con leche: reduce el azúcar a 70 g y aumenta ligeramente el chocolate a 200 g para compensar menor intensidad. Chocolate blanco: usa 200 g de chocolate, elimina azúcar de las yemas (solo añade 30 g a las claras) y añade ralladura de limón o vainilla para equilibrar el dulzor. La textura final depende del contenido de manteca de cacao del chocolate: chocolates con menos grasa (más azúcar y leche) producen mousses más firmes. Por consistencia óptima, el chocolate debe tener al menos 30-35% de grasa total.
¿Qué hago si el chocolate se corta o queda granuloso?
El chocolate "cortado" (con aspecto granuloso o separado) ocurre cuando entra agua mientras se funde. Si sucede durante el fundido, añade inmediatamente 1 cucharada de aceite neutro o mantequilla derretida y bate vigorosamente hasta recuperar textura lisa. Si el chocolate ya está frío y cortado, caliéntalo nuevamente suavemente con 1-2 cucharadas de nata líquida removiendo hasta homogeneizar. Para prevenir: al fundir al baño María, asegúrate de que NO entre vapor de agua en el bol (el fondo no debe tocar el agua) y seca completamente cualquier gota de condensación. En microondas, no tapes el bol para evitar condensación. El chocolate también puede cortarse por sobrecalentamiento, volviéndose granuloso y perdiendo brillo; en ese caso no hay solución, deberás desecharlo y empezar con chocolate nuevo.
¿Es mejor mousse con nata o sin nata?
Ambas versiones son excelentes pero diferentes. Mousse CON nata (esta receta): textura más cremosa, suave y ligera; sabor de chocolate algo atenuado por la nata; más fácil de conseguir textura perfecta; visualmente más pálida. Mousse SIN nata (versión tradicional años 60): textura más aireada y liviana; sabor de chocolate intensísimo y puro; técnicamente más exigente (requiere dominar perfectamente el montado de claras); color más oscuro. La elección depende de preferencias: para máxima intensidad chocolatera, omite la nata. Para textura más cremosa y procedimiento más tolerante a errores, incluye nata. Profesionales suelen usar la versión sin nata en alta gastronomía por su pureza de sabor, mientras que la versión con nata es más popular en repostería casera por su mayor margen de error.
¿Puedo añadir licor a la mousse de chocolate?
Absolutamente sí, y es una práctica muy recomendable en repostería profesional. Los licores añaden complejidad aromática y equilibran el dulzor. Añade 2-3 cucharadas al chocolate fundido antes de incorporar las yemas. Mejores opciones: Licor de naranja, ron añejo oscuro (notas de caramelo), brandy o coñac (profundidad), Licor de crema de whisky (cremosidad), Licor de almendra, licor de avellana, o licor de café. El alcohol se evapora parcialmente pero el sabor permanece. Si cocinas para niños, sustituye por extractos: 1 cucharadita de extracto de naranja, vainilla o almendra proporciona aroma similar sin alcohol. Para versión no alcohólica igualmente sofisticada, añade ralladura de naranja o limón al chocolate mientras se funde, o 1 cucharadita de café soluble disuelto en poca agua.
Consejos y consideraciones
Ten en cuenta
El chocolate negro 70% aporta intensidad de cacao sin amargor excesivo; con más de 75% puede resultar demasiado amargo para algunos paladares.
Las claras frías montan mejor y más rápido que las tibias, aunque algunos textos antiguos sugieran lo contrario.
El bol para montar claras debe estar absolutamente limpio y seco; una gota de grasa o yema impedirá que monten.
La mousse mejora con el reposo: el primer día está más húmeda, al segundo alcanza su máxima esponjosidad.
Atención
NUNCA añadas chocolate caliente directamente a las yemas: las cocinarás y tendrás huevo revuelto en lugar de mousse.
No sobrepases el punto de montado de las claras: claras muy firmes colapsan, sueltan líquido y arruinan la textura.
Al incorporar claras y nata, usa movimientos envolventes suaves; cada movimiento brusco destruye el aire incorporado.
No sirvas la mousse antes de 2 horas de refrigeración mínima o no tendrá la textura adecuada.
Más recetas relacionadas
Si te ha conquistado esta mousse de chocolate intenso, te encantarán otras propuestas de postres con chocolate y mousses que hemos preparado en Nestlé Cocina:
La mousse de chocolate blanco ofrece una versión más suave y delicada del clásico, perfecta para quienes prefieren sabores dulces menos intensos. Su color cremoso y textura sedosa la convierten en base ideal para postres con frutas del bosque.
Si buscas algo igualmente elegante pero con sabor diferente, la mousse de limón aporta esa acidez refrescante equilibrada con dulzor, ideal para finalizar comidas copiosas o servir en verano como postre ligero y digestivo.
Para los amantes de postres cremosos, nuestra crema de chocolate con nata es una alternativa más densa que la mousse, perfecta para rellenar tartas, profiteroles o servir sola con barquillos crujientes.
También te recomendamos probar las trufas de chocolate caseras, que comparten con la mousse esa intensidad chocolateada pero en formato bombón, perfectas para regalar o servir con el café.
Si te ha gustado trabajar con técnicas de montado, las natillas caseras te permitirán dominar otra técnica clásica de la repostería tradicional, con resultados igualmente espectaculares y reconfortantes.
Para ocasiones especiales, la tarta mousse de chocolate combina varias técnicas: base de bizcocho, capa de mousse y cobertura de ganache, creando un postre de presentación profesional que impresiona tanto visualmente como en sabor.
Y si quieres seguir explorando el universo del chocolate NESTLÉ Postres, en nuestro blog encontrarás decenas de recetas: desde clásicos atemporales hasta creaciones modernas, todas diseñadas para que domines el arte de trabajar con chocolate y sorprendas con postres dignos de pastelería profesional. El chocolate es uno de los ingredientes más versátiles y gratificantes de la repostería, capaz de crear momentos inolvidables con cada bocado.
Sabías que...
La palabra "mousse" en francés es femenina ("la mousse"), pero en español la Real Academia Española acepta tanto el género masculino ("el mousse") como el femenino ("la mousse"). Incluso propone la castellanización "mus", aunque esta adaptación aún no ha calado en el uso culinario. La confusión surge porque en francés las palabras gastronómicas suelen mantener su género original, pero al adoptarse en español se flexibiliza el uso.
El chocolate negro es el que más tarda en fundirse de todos los tipos de chocolate. Chocolates con alto contenido en cacao como el 70% utilizado en esta receta requieren alcanzar aproximadamente 48-49°C para fundirse completamente, mientras que el chocolate con leche se funde a 40-45°C y el chocolate blanco a apenas 37-40°C. Esta diferencia se debe al mayor contenido de manteca de cacao y menor cantidad de azúcar y leche en el chocolate negro.
En la década de 1980, el chef pionero de la cocina molecular Ferran Adrià revolucionó el concepto de "espuma" con su técnica de sifón de espumas, creando versiones ultraligeras de mousses y aires que cambiaron la alta gastronomía mundial. Sin embargo, muchos chefs franceses tradicionales rechazaron estas técnicas modernas, defendiendo que la mousse clásica elaborada con la técnica tradicional de claras montadas tiene una textura y sabor insuperables. Esta "guerra de las espumas" entre tradición y vanguardia aún genera debates apasionados en el mundo gastronómico.
Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el racionamiento de alimentos era estricto en Francia, los pasteleros parisinos desarrollaron versiones de mousse de chocolate con substitutos ingeniosos: usaban algarroba en lugar de chocolate, leche en polvo reconstituida en lugar de nata, y huevos en polvo (cuando estaban disponibles). Estas "mousses de guerra" permitieron mantener viva la tradición culinaria incluso en los momentos más oscuros, demostrando la importancia cultural de este postre para los franceses.
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